El corcho se extrae cada 9 años. Sus cualidades de impermeabilidad y flexibilidad han hecho que no haya sido desplazado por ningún otro producto.
Aunque hoy se van fabricando de elastómero, pero se limita a vinos jóvenes de consumo rápido.
La longitud del corcho debe ser proporcional al tiempo de guarda del vino.
Los de larga guarda, se debe usar el extralargo ,unos cinco centímetros.
El diámetro esta normalizado: 24mm en las botellas,22 mm en las medias botellas,
y 31.5mm en los espumosos.
La base de los corchos para espumosos esta formada por varias
capas de corcho
superpuestas.
La base del corcho de los espumosos españoles presenta
unos signos que indican su forma de elaboración:
a. Estrella
de cuatro puntas: Espumosos obtenido por el método tradicional. La
segunda fermentación en botella se realizo en la misma con la que sale a la
venta.
b. Rectángulo
negro: Elaborados por el método transfer. Su segunda fermentación tuvo
lugar en botella, pero la lías se eliminaron cambiando al espumoso de botella.
Se utiliza para botellas de tamaño inferior al estándar o superior al magnum,
cuyo manejo es de difícil mecanización.
c. Circunferencia:
Elaborado por el método Charmat.
d. Triangulo
equilátero: Vino gasificado.
Esto es tan interesante como
inútil, ¿de que sirve saber el método de elaboración del espumoso una vez
adquirida la botella y abierta? Afortunadamente, la etiqueta indica también el
método de elaboración.
La calidad del corcho es esencial para la
conservación del vino.
Debe presionar sobre el cuello de la botella, para cerrarla
herméticamente.
Las bodegas
deben de tener una humedad suficiente para evitar que el corcho se
reseque y pierda elasticidad.
El corcho no trasmite olor ni sabor alguno al vino a no ser que sea atacado por un
hongo que lo pudra. Por esta razón la bodega tampoco debe ser demasiado húmeda.
Si la base del corcho de un espumoso se expande al
sacarlo, entonces ha sido
colocado recientemente.
El tapón metálico, también llamado pilfer, de las
botellas de Jerez ,es muy cómodo
pero sirve si el vino es de consumo inmediato, caso
de finos y manzanillas.
La duración de un buen corcho es de unos treinta
años.Se aconseja cambiarlo cada 25
años. A la vez que se cambia el corcho, se repone la
merma del vino.
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